
El cultivo de plantas forrajeras es esencial para alimentar al ganado, proporcionándoles los nutrientes necesarios para su salud yproductividad. Además, estas plantas, entre otros muchos beneficios, ayudan a mejorar la calidad del suelo y prevenir la erosión. En este artículo de Agroquivir, veremos los tipos de plantas forrajeras más comunes y diferentes técnicas de conservación.
¿Para qué sirven las plantas forrajeras?
El término cultivo forrajero se refiere a todas las plantas que se cultivan para alimentar a los animales de granja. Estas plantas son muy nutritivas y aportan proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales que los animales necesitan para estar sanos y ser productivos.
Además de ser una fuente de alimento, los cultivos forrajeros ayudan a mejorar la calidad del suelo, aumentan su fertilidad y lo protegen contra la erosión. Esto significa que no solo benefician a los animales, sino que también contribuyen a mantener y mejorar el suelo de forma sostenible.
Qué tipos de cultivos forrajeros existen
Las plantas forrajeras son esenciales para la alimentación del ganado, proporcionando nutrientes necesarios de forma sostenible. Muchos de estas plantas forrajeras las puedes encontrar en el catálogo de Agroquivir, cumpliendo la mayoría los requisitos expuestos por la Unión Europea.
Maíz forrajero
Destaca por su alta producción de biomasa y su rápido crecimiento. Este cultivo se utiliza principalmente para ensilaje, aunque también puede ser empleado en el pastoreo y producción de grano. Su alto contenido en almidón lo convierte en una excelente fuente de energía, fundamental para la producción de leche y carne.
Trigo forrajero
Crece en climas templados y puede ser cultivado como cultivo de invierno. Se utiliza para pasto, heno y ensilaje, además también está relacionado con la producción de grano. El trigo forrajero proporciona fibra y energía, particularmente en forma de almidón, mejorando así el rendimiento del ganado.
Sorgo forrajero
Es popularmente conocido por su tolerancia a la sequía y su capacidad para crecer en suelos pobres. El sorgo es una buena fuente de energía y fibra, además ayuda a mantener la productividad del ganado en condiciones adversas.
Alfalfa forrajera
Es otra planta forrajera de gran importancia, debido a su alto contenido en proteínas y su capacidad para fijar nitrógeno en el suelo. Utilizada principalmente para heno. La alfalfa forrajera mejora la fertilidad y la estructura del suelo gracias a su sistema radicular profundo.
Guisante forrajero
El guisante forrajero es muy valorado debido a su rápido crecimiento y buena producción de biomasa. Se cultiva para forraje verde, ofreciendo un alto contenido de proteínas que mejora la calidad de la dieta del ganado.
Cebada forrajera
La cebada se caracteriza por su adaptación a diferentes condiciones climáticas y tiene un rápido crecimiento. Usada principalmente para ensilaje, pastoreo y producción de grano, proporciona una alta producción de biomasa y buen valor nutritivo, especialmente en la fase de grano lechoso.
Avena forrajera
La avena forrajera es tolerante a suelos pobres y climas fríos. Se utiliza para pasto y heno, proporcionando fibra y energía que favorecen la digestión en rumiantes. Además, es una opción excelente para rotaciones de cultivos.
Remolacha forrajera
Se caracteriza por su raíz grande y carnosa, rica en azúcares. Este cultivo se usa como forraje verde y, en ocasiones, para ensilaje. Su alto contenido de azúcares la convierte en una excelente fuente de energía que mejora la palatabilidad de la dieta del ganado.
Col forrajera
Se destaca por su rápido crecimiento y resistencia al frío. Se utiliza como pasto y forraje verde, ofreciendo un alto contenido de proteínas y minerales, y es muy buena para el ganado, especialmente durante el otoño e invierno.
Técnicas de conservación de los cultivos forrajeros
Las técnicas de conservación de las plantas forrajeras son fundamentales para asegurar una alimentación de calidad durante todo el año. Explicamos a continuación tres de las técnicas claves de conservación.
Henificado
Esta técnica de henificado consiste en secar el forraje hasta que solo queda una pequeña cantidad de humedad en comparación con su estado inicial. Este secado consigue reducir significativamente la actividad bacteriana y prolonga la vida útil del heno. Este método representa una parte importante de la producción forrajera.
Deshidratación
La deshidratación en forrajeros se lleva a cabo de forma industrial mediante hornos de calor que eliminan casi toda la humedad del forraje. Además de proporcionar una conservación más prolongada, este método reduce el volumen del forraje y facilita su almacenamiento. Sin embargo, es un proceso costoso tanto en términos de energía como de dinero.
Ensilado
El ensilado se basa en la creación de un ambiente ácido que hace más difícil el crecimiento de microorganismos patógenos. El forraje se almacena en un envase cerrado, al que se añaden bacterias que transforman algunos de sus componentes en ácido láctico, bajando el pH.
Este proceso permite la mezcla de varias especies vegetales y aditivos en un mismo silo, resultando en un alimento muy versátil, adaptable a las necesidades específicas de diferentes especies ganaderas y sus fases productivas.
Como hemos visto, los cultivos forrajeros son esenciales para alimentar al ganado, además de contar con numerosos beneficios tanto para los animales como para la agricultura. En la web de Agroquivir, encontrás más información sobre plantas forrajeras, y sobre otros temas de agricultura.